Por Iván Arrazola Cortés. Publicado en Etcétera.

El ataque contra los organismos autónomos es una constante en la administración de López Obrador, le son incomodos porque no tiene control sobre ellos, por eso en cada oportunidad busca desacreditarlos, por ejemplo, en el caso del INAI, lo critica diciendo que no combatió la corrupción, con esto el presidente buscar desviar la atención del punto central, la función principal del INAI es transparentar la información pública, algo a lo que  López Obrador se opone porque es enemigo de rendir cuentas.

En su intento por destruir a los distintos organismos autónomos que según el presidente no sirven, ahora el mandatario decidió vetar la designación de dos consejeros del INAI y lo hizo porque su designación es producto de un “enjuague”, del reparto de cuotas entre su partido Morena y los grupos parlamentarios de oposición.

Es curioso del razonamiento presidencial que cuando se impone la aplanadora de su partido en el Congreso dice que triunfó la democracia, cuando los partidos negocian en el congreso, habla de componendas, por lo tanto, para él la democracia es la imposición de una idea, no el dialogo y la construcción de acuerdos.

No solo eso, recriminó la selección de una de las comisionadas, de la que señaló, es “una gente vinculada al PAN, militante casi del PAN”, al presidente le indigna que en el caso del INAI se designen personas cercanas a un partido político, aunque eso no le moleste en todos los casos.

El doble rasero con el que juzga mandatario sale siempre a relucir, en el caso del INE y la selección de tres consejeros, entre los posibles candidatos a ocupar uno de los puestos vacantes se encuentra Bertha María Alcalde, persona con vínculos con el partido en el poder, de ser seleccionada seguramente el presidente celebrará la designación y dirá que es una persona honesta y que ganó la democracia, no importando ni sus vínculos con Morena ni las relaciones familiares.

Dice el presidente que uno de los comisionados designados fue de los peor calificados y por eso vetó su designación. Al presidente poco le importa elegir a las personas más capaces para ejercer los cargos, privilegia la lealtad sobre la capacidad de las personas, en otras circunstancias el presidente justificaría la designación a pesar de sus bajas calificaciones diciendo que se trata de una persona honesta y las críticas son simple politiquería, pero al tratarse de una disputa con el coordinador de los senadores  de Morena, Ricardo Monreal, al que el presidente no quiere ceder más poder, el presidente justifica la decisión ahora sí por un tema de calificaciones.

Pero no es todo, el presidente ha aprovechado el episodio para atacar al INAI al que acusa de ser “tapadera”. El fuerte del presidente no es el combate a la corrupción, aunque sea su carta de presentación. Los videos de su hermano recibiendo dinero en sobres amarillos, los videos de su secretario particular retirando dinero de una sucursal bancaria de forma masiva, dinero que supuestamente Morena destinaría a ayudar a los damnificados del sismo de 2017 y que fue a parar a las campañas políticas, el apoyo a funcionarias que formaron parte de su gabinete, a las que se les comprobaron actos de corrupción, en concreto, retener parte del salario de trabajadores para financiar campañas políticas, son actos que el presidente ha tapado, tolerado o que ha preferido callar o decir que se trata de politiquería.

Para gobiernos como el de López Obrador la transparencia es incomoda porque revela su incapacidad e ineptitud para gobernar el país, prefieren decir que tiene “otros datos” o reservar información que aceptar que cancelar el aeropuerto de Texcoco le costó millones a la ciudadanía, lo mismo que el sobrecosto de la refinería de Dos Bocas o el Tren Maya, obras que quedarán como símbolo de la superficialidad de un gobernante, que dice “no crean que tiene mucha ciencia el gobernar”, pero que prefiere ocultar datos antes que rendir cuentas a sus ciudadanos.

Lo que el presidente pretende con sus críticas y sus acciones hacia las instituciones encargadas de garantizar la Transparencia es deslegitimar su función, pero sobre todo que no haya instancias y contrapesos que vigilen de mejor manera la acción del gobierno.

El circo mediático que ha montado el presidente con su veto a los comisionados del INAI lo que en realidad busca es el control del organismo autónomo, para ello en lugar de elegir entre los mejor calificados, el Senado terminará emitiendo una nueva convocatoria en la que puedan participar personas afines al régimen y a la 4T, de esa forma el partido gobernante tendrá tres puestos clave, la presidencia del organismo y dos espacios para comisionados, lo que en la práctica ayudará a minar la independencia del organismo, ese es el modelo que el presidente pretende heredar al país, un modelo centralista y opaco.

Iván Arrazola es analista político y colaborador de Integridad Ciudadana. @ivarrcor