Por Andrés Chiriboga Tejeda. Publicado en La Silla Rota.
El Ecuador se encuentra actualmente con su Asamblea Nacional disuelta, con un presidente legislando por decreto y con una convocatoria a elecciones anticipadas para el mes de agosto. ¿Cómo llegó el país sudamericano a esta situación? Habiendo hecho dos años de un gobierno anodino y enfocado a beneficiar a un puñado de la élite económica, el gobierno del banquero Guillermo Lasso llegó a su punto más crítico. Semanas atrás arrancó en su contra un juicio político en la Asamblea Nacional por decisiones y omisiones suyas en un caso de peculado en el sector petrolero. Este proceso se encaminaba a la censura y destitución Lasso, más allá de las operaciones del gobierno para romper con la mayoría de oposición al régimen en que confluían curiosamente fuerzas de la derecha oligárquica y de los partidos de centro izquierda e izquierda progresista.
Acorralado, Lasso utilizó abusiva e ilegalmente la figura constitucional conocida comúnmente como “muerte cruzada” que permite al presidente disolver la Asamblea por una serie de causales. Lasso mentó una supuesta grave crisis política y conmoción social pero quedo claro que fue una jugada para escaparse de su eventual destitución. En todo caso, cuando este mecanismo se activa no garantiza su permanencia del presidente en el cargo y se convoca a elecciones presidenciales y parlamentarias anticipadas.
Una vez rechazados los recursos de inconstitucionalidad presentados por varios (ahora ex) asambleístas, la atención gira hacia los candidatos que terciarán por reemplazar a Lasso quien, en medio de su bajísima aceptación, da señales ambivalentes sobre una candidatura. Dentro de la propia derecha, los primeros pre-candidatos son varios personajes vinculados al desastre que vive el país como el ex Asambleísta y aliado de Lasso, Fernando Villavicencio o como Otto Sonneholzner, ex vicepresidente de Lenín Moreno y cómplice de la funesta gestión gubernamental durante los peores meses de la pandemia. Por su lado y en un afán por recuperar espacio, el Partido Social Cristiano (vinculado a la tradicional oligarquía costeña) hace una apuesta por Jan Topic, un controvertido empresario de la seguridad privada y que se jacta de ser mercenario de guerra en Ucrania y algunos conflictos africanos.
Si para la derecha, la transición solo implica cambio de timón dentro de las élites y no un cambio de modelo, los partidos de izquierda tienen el reto de buscar figuras que, en el periodo de transición, puedan liderar y construir las condiciones adecuadas para darle al país una salida a la crisis de inseguridad, a la debacle económica y para sentar las bases para una restauración democrática. Esta será una tarea difícil no da cabida a la improvisación incluso si la mayor capacidad de éxito electoral estuviese del lado de estas fuerzas. El movimiento indígena no la tiene fácil ya que lidia actualmente con una inconclusa transición en su brazo político hacia el sector que lidera Leónidas Iza, actual presidente de la Confederación de Indígenas del Ecuador (CONAIE). Por su lado, la Revolución Ciudadana del ex Presidente Rafael Correa regresa a ver a los miembros de su anterior binomio. Tiene como opción al ex presidenciable Andrés Arauz como carta de la preparación y experiencia en la gestión o a su ex compañero de fórmula el periodista Carlos Rabascall, que había lanzado una temprana campaña presidencial propia de cara a los comicios de 2025. Así mismo, el “correísmo” no descarta incluir a figuras menos conocidas y menos experimentadas de su cantera para esta sensible elección de transición.
Además de las candidaturas y sin perder de vista la deriva autoritaria de Lasso, las organizaciones políticas y sociales deberán estar vigilantes que el proceso electoral fluya en los tiempos previstos, sin persecución y permitiendo la movilización social cuando se requiera. Así mismo, no se debe perder de vista el avance de la agenda de Lasso. La disolución de la Asamblea le permite legislar por decreto y rápidamente han promulgado reformas favorables a las élites en materia tributaria, anuncia varias privatizaciones, flexibilización laboral y reformas a la seguridad social que lo acercan cada vez más a sus propios intereses de clase y lo alejan de lo que requieren de las grandes mayorías en un país sumido en la inseguridad y la falta de oportunidades.
Andrés Chiriboga Tejada es Colaborador de Integridad Ciudadana A.C. Doctor en Sociología por el Instituto de Estudios Políticos de Paris (IEP – SciencesPo). Fue Miembro de la Junta de Regulación y Política Monetaria y Financiera del Ecuador en representación de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo entre 2015 y 2016 @AndresChiriEc @Integridad_AC