Por Javier Agustín Contreras. Publicado en El Novedades.
Este mes de junio se ha marcado el inicio del proceso electoral a nivel nacional con el banderazo que dio en días recientes el presidente de la República, al realizar la reunión con los 4 precandidatos oficiales y lo establecido el pasado domingo en el congreso nacional de MORENA, que delineó la forma de selección de su candidato a la presidencia para el 2024 e incorporando a dos suspirantes de sus aliados políticos en su proceso interno.
Los tiempos actuales han transformado y trastocado desde la cúpula gubernamental, la forma de hacer política, creando nuevos paradigmas que desestiman lo legal y empoderan el precepto de legitima actuación, partiendo de la citada selección del candidato bajo la máxima que el pueblo sabio será quien elegirá al próximo candidato del partido en el poder; cuestión que marcara la actuación de la Alianza Va por México, quienes por lo visto el próximo 26 de junio determinará el proceso de selección de su candidato, cayendo en el juego de los dueños del poder y legitimando con su actuar el quebranto de la Ley.
Mientras el tercero en discordia, el partido naranja, este lunes dio inicio a los procesos legales ante el Tribunal Electoral y al Consejo del INE con la finalidad de hacer respetar la LEY y los tiempos que marcan esta.
El contexto electoral que estamos viviendo es el resultado de la gran indiferencia, apatía o temor de los actores políticos de la mal llamada oposición, quienes permitieron el menoscabo de la Ley durante los últimos 23 años, desde el momento que dejaron competir a un candidato para la Jefatura del Gobierno de la CDMX, que no cumplía con el tiempo de residencia para poder participar o callaron ante la promoción de la imagen del Presidente de MORENA utilizando como trampolín las campañas electorales del 2015, en el cuales al mismo tiempo que se impulsaba la imagen de los distintos candidatos en los medios publicitarios se permitió la promoción ilegitima de la imagen del dirigente nacional del partido con vista de las elecciones del 2018.
Con lo anterior, se confirmó el adagio que reza que “el poder no se pide; se arrebata”, con el arribo de AMLO a la presidencia de la república.
Se tiene que ser realista, los partidos que conforman la Alianza Va por México y Movimiento Ciudadano van tarde, la jugada maestra en este ajedrez político ya fue planteada y planeada, está en proceso y va tres movimientos adelante de ellos en conjunto, por lo que lo único que les queda hacer es un enroque largo en conjunto, que permita desarticular la estrategia oficial para la sucesión presidencial.
Cuestión que se ve imposible y lejana ya que hoy en día no existe un actor político, empresarial o ciudadano que le haya podido quitar la agenda diaria al presidente, quien no a dejado de hacer campaña, ni dejara de hacerla a favor de sus corcholatas.
Los candidatos de la oposición deben de ya entender que las reglas del juego han cambiado, que deben actualizar e implementar acciones innovadoras de comunicación hacia los ciudadanos, que les permita quitar la agenda diaria, apropiarse de ella con propuesta reales, que incidan en la opinión pública, en lo que se determina quien va ser el vocero oficial del proyecto nacional para el desarrollo y recuperación económica de México, que rebase por la derecha al coordinador de la defensa del voto de la 4T, convirtiéndose en el candidato natural para contender ante la corcholata oficial como los denominó el presidente.
Javier Agustín Contreras Rosales. Colaborador de Integridad Ciudadana AC, Contador Público, Maestro en Administración Pública @JavierAgustinCo @Integridad_AC