Por Iván Arrazola Cortés. Publicado en ContraRéplica.
El periodo de precampañas ha concluido y con ello se puede hacer una evaluación preliminar de cada uno de los tres frentes que participarán en la elección presidencial de 2024, por primera vez se tendrá un proceso con dos candidatas y un candidato; además, lo que hace peculiar este proceso es que únicamente habrá tres candidaturas.
Este proceso ha sido prácticamente similar a una campaña, con candidaturas únicas en los tres frentes, lo que evidencia la falta de democracia interna en los partidos políticos, o lo que esos partidos entienden como democracia interna está muy lejos de ser el ideal.
Las coaliciones Fuerza y Corazón por México y Sigamos Haciendo Historia, realizaron procesos internos severamente cuestionados, guiados por encuestas donde las propuestas estuvieron ausentes, incluso en el caso del oficialismo hubo acusaciones directas sobre el uso de recursos públicos y la falta de “cancha pareja”.
En el caso de MC se evidenciaron las diferencias al interior del partido y la falta de una estrategia para nominar a su candidato a la presidencia. Ante ello, Samuel García y Dante Delgado se vieron obligados a elegir a un candidato emergerte, la responsabilidad recayó en Jorge Álvarez Máynez, personaje cercano a estos dos miembros del partido, pero la nominación generó críticas en Jalisco que acusó a la dirigencia nacional de no tomar en cuenta al emecismo jalisciense.
Cada una de las tres fuerzas ha tenido fortalezas, pero también ha mostrado debilidades a lo largo de los dos meses que duró la precampaña. En el caso de Sigamos Haciendo Historia, la mayor fortaleza se encuentra en los resultados que arrojan las encuestas, en la mayoría de éstas la precandidata, Claudia Sheinbaum, lleva la delantera hasta por dos dígitos, esto le da la confianza de que la precampaña ha ido por buen camino, además de mostrar a una precandidata mucho más empática, al menos eso reflejan los spots en los que promueve sus logros. Para algunos, las debilidades que ha mostrado están en su cercanía al presidente López Obrador.
En el caso de Xóchitl Gálvez, es claro que la desventaja en las encuestas ha marcado el ritmo de su precampaña, hay una constante referencia sobre si será posible que remonte los resultados de las encuestas que en este momento la ubican muy atrás. El mensaje que ha enviado a lo largo de la campaña tampoco parece claro, la frase “mereces más” pareciera indicar que las cosas están bien y se pretende construir sobre lo ya hecho por la 4T, así como el énfasis en los spots que hacen referencia a su trayectoria de vida, que poco hablan sobre problemas o propuestas concretas.
A eso hay que agregar las pifias que han cometido los partidos que conforman la Alianza, las revelaciones sobre el acuerdo en Coahuila generaron un severo cuestionamiento sobre cómo es que se reparten los cargos al interior de la Alianza. La principal arma que tiene Xóchitl es su carisma y los reflejos que mostró para debatir con el presidente cuando se registró como precandidata por el Frente, si la futura candidata del Frente logra que el debate sea directo con el presidente y logra eclipsar a la candidata del oficialismo, es posible que tenga alguna oportunidad de reducir la distancia que en este momento la separa de Claudia Sheinbaum.
En el caso de MC, la forma en la que se terminó definiendo la candidatura presidencial obligará a que se haga una operación cicatriz para limar las asperezas entre los principales liderazgos del partido. Aunque la apuesta es por los sectores más jóvenes, es claro que la campaña tendrá que abarcar a un sector más amplio de la población si es que por lo menos quieren igualar el porcentaje de votación que obtuvieron en la elección pasada. El énfasis del precandidato de MC en Nuevo León puede ser un buen punto de arranque para darse a conocer, pero es claro que tendrá que recorrer el país y plantear temas que vayan más allá de la dicotomía que ha planteado el partido entre la nueva y la vieja política, de lo contrario es posible que la candidatura naufrague.
Se menciona que cada elección presidencial es la más importante y la más grande de la historia, parece que lo que está en juego en esta ocasión es mucho más que la llegada de un partido u otro al poder, la forma en la que se podría transformar la configuración actual del país podría impactar de una manera profunda, que la elección no esté resuelta y que haya incertidumbre sobre los resultados, sería la mejor noticia que podría recibir el país, que necesita de manera urgente que se discutan de manera seria y profunda los problemas que aquejan a México.
Iván Arrazola es analista político y colaborador de Integridad Ciudadana A.C. @ivarcorr @integridad_AC