Por Adriana Ferreiro Jiménez. Publicado en ContraRéplica.

¿En algún momento a usted le ha pasado que quiere recordar una palabra y no puede?

El término técnico que se refiere a este tipo de olvidos es la «letológica». La utilización de este término se atribuyó al Psicólogo Carl Jung a principios del siglo XX, pero los primeros registros corresponden a la edición de 1915 del Diccionario Enciclopédico Ilustrado de Medicina, que definió letológica como la «incapacidad de recordar la palabra correcta».

En la mitología griega, Lethe era también uno de los cinco ríos del mundo subterráneo (inframundo), donde las almas de los muertos bebían para olvidar todos los recuerdos terrenales, y a la vez también se representa como la diosa y personificación del olvido.

Lethe es una ninfa o espíritu de la mitología griega que está vinculada con el inframundo y el río del mismo nombre. Lethe está asociada con el olvido y la inconsciencia y se decía que tenía el poder de hacer que las personas olviden sus problemas o borren sus recuerdos, la imagen que representa esta diosa es una mujer hincada bebiendo de un cántaro simbolizando el proceso del olvido que vacía la mente y provoca la perdida de recuerdos tras la muerte.

En la actualidad normalmente hacemos uso de la expresión “tengo la palabra en la punta de la lengua”, a todos nos ha pasado tener esta sensación de querer recordar y no poder expresar la palabra correcta lo cual provoca mucha frustración y realmente esta es una circunstancia habitual en el ser humano que le puede pasar a cualquiera en muchos momentos de la vida.

Hacer uso de la psicología para explicar el termino nos remonta a hablar del inconsciente donde se gestan un montón de lagunas mentales, la memora hablando en termino particular se almacena en el hipocampo donde se guardan todos los recuerdos a corto plazo, pero si no hacemos uso de esos recuerdos se almacenan en otra parte del cerebro y se quedan guardados ahí sin hacer uso de ellos.

La falta de utilización de esos recuerdos no genera sinapsis y por lo tanto el recuerdo se almacena, pero no se puede accesar fácilmente a él. El hecho de no poder recordar la palabra correcta provoca frustración a tal grado que pensamos y hacemos uso de todas las herramientas para recordar, tanta es la obsesión que se genera que no descansamos hasta acordarnos de la palabra.

No siempre sucede esta condición, pero cuando nos sentimos cansados y estresados pudiera presentarse con mayor frecuencia este hecho en cualquier etapa de la vida, es normal también que a medida que nos hacemos más viejos esta condición puede empeorar.

Por eso aquí le presento unas recomendaciones para que pueda recordar la palabra perdida, primeramente podemos hacer uso de un contexto, recordar en donde sucedió o bajo qué condiciones se tuvo que hacer uso de ese “algo”, posteriormente podemos hacer uso de las vocales que pudieran componer la palabra y esto me lleve al recuerdo, pensar las sensaciones que me provocó ese “algo”, ese recuerdo, hacer uso de los aromas, alguna simbología que me remonte a ese momento puede ser de mucha ayuda para ligar todo este conjunto de recomendaciones al recuerdo que me permita llevarme a la palabra buscada.

Y, por último, pero no menos importante recordemos que nuestro cerebro no es una computadora la cual almacena datos los cuales podemos encontrar tecleando un botón, a final de cuentas la memoria humana es tan compleja que hay gran cantidad de ciencias dedicadas al estudio de la mente humana.

Adriana Ferreiro Jiménez, Colaboradora de Integridad Ciudadana A.C. Licenciada en Psicología Social por la Universidad Autónoma Metropolitana con diplomados en Psicooncología y Terapia Cognitiva Conductual @Integridad_AC