Por Viviana Islas Mendoza. Publicado en Enlace Diario.

No hay plazo que no se llegue, ni fecha que no se cumpla, reza el refrán popular, el próximo sábado 1° de junio, se llevará a cabo la jornada electoral donde de manera histórica las y los mexicanos mediante voto elegirán ministros, magistrados y jueces del Poder Judicial de la Federación. Recordemos que previo a la reforma 2024, la forma de elección de estos cargos se decidía en el Senado de la República en el caso de la Suprema Corte y Tribunal, por lo que refiere a los jueces eran cargos meritorios impulsados desde la carrera judicial.

Por ley al Instituto Nacional Electoral (INE) le toca la organización de la elección, sin embargo, a diferencia de los procesos electorales ordinarios a los que estamos acostumbrados, este ha representado grandes desafíos a la autoridad electoral en materia de organización, capacitación, geografía electoral, todo relacionado al número de cargos a elegir y candidaturas a participar.

A nivel nacional las y los votantes recibirán seis boletas federales para elegir a los 881 cargos en disputa relacionados con la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Magistraturas de la Sala Superior y Salas Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; Magistraturas del Tribunal de Disciplina Judicial; Magistraturas de Circuito y, Juezas y jueces de Distrito Central Electoral.

Sin embargo, derivado de la armonización de la reforma electoral en 19 estados de la República se renovará el Poder Judicial Local (Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila, Colima, Durango, Estado de México, Michoacán, Nayarit, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas), en consecuencia, los votantes en estas entidades recibirán entre ocho y trece boletas, dependiendo de los cargos locales en disputa, tal es el caso de Yucatán y Tlaxcala.

Se imaginan lo que implica para el votante recibir 13 boletas y lo que representa para el INE y OPLES la organización, logística, cómputos de los votos, con boletas que en lugar de venir logos son listas de nombres de hasta 64 personas y, sí a ello le sumamos que en Durango y Veracruz se llevarán elecciones de Ayuntamientos. El desafío evidentemente no es sencillo, sin embargo, pese a la adversidad, derivado de una reforma apresurada, de un recorte presupuestal significativo, estoy cierta que las autoridades electorales con el personal especializado y comprometido habrán de salir avante, aquí reside lo bueno.

Lo malo, es que, a pesar del esfuerzo de la autoridad electoral, se prevé un gran abstencionismo recordando que no votar es una forma de manifestación, aunado a que la promoción de participación por parte de lo poderes legislativo y ejecutivo genera una confusión a la ciudadanía, y que de ser cierto los acordeones que circulan de cómo votar y el presunto acarreo masivo de votantes empañan aún más el proceso y darán argumentos para quienes piensan que esta elección es una simulación.

Desafortunadamente los últimos años los procesos electorales se han manchado por la violencia, en caso de la elección al poder judicial no ha sido la excepción, particularmente en contra de las mujeres, el proceso local de Veracruz también se desarrolla en un ambiente complejo, la violencia en cualquiera de sus expresiones representa un peligro para la democracia, apostémosle a la civilidad para el ejercicio pleno del poder y para garantizar un verdadero estado de derecho.

Viviana Islas Mendoza Colaboradora de Integridad Ciudadana, consejera Local del INE Estado de México, Asesora en la Administración Pública Municipal, Politóloga por la UAM, con estudios de posgrado en Políticas Públicas y Derecho Parlamentario. @VivianaIslasM @Integridad_AC