Por Javier Agustín Contreras. Publicado en ContraRéplica.
Los hechos son claros aún cuando se quiera negar la realidad, lo que pasó el domingo no es un complot y mucho menos un movimiento en contra del gobierno, la manifestación a favor de la democracia fue una reunión de ciudadanos con un pliego petitorio en el que organizados solicitan de forma pacífica 10 puntos que van desde la no intervención del gobierno en el proceso electoral hasta la súplica e invitación de que todos salgamos a votar este próximo 02 de junio.
La respuesta a lo acontecido ha ido desde el reconocimiento internacional hasta la crítica ácida de los diferentes actores políticos, quienes han tachado de borregos, ignorantes e ilusos a todos aquellos que participaron en la manifestación.
Estos políticos no han entendido que los ciudadanos que marcharon el domingo pasado, son los mismos que los apoyaron cuando ellos, perteneciendo a otros partidos, se manifestaron en los años 90´s exigiendo reformas al entonces IFE para convertirlo en un elemento importante en la democratización de México, así como las mismas que se realizaron en la década de los 2000. A estos políticos que han militado cuando menos en 2 partidos, se les ha olvidado o peor tantito, han perdido de vista que cuando el pueblo se organiza es porque la autoridad o gobierno no están haciendo su encargo; no son de a gratis las movilizaciones, como la del silencio; que se dio en el 27 de junio del 2004, siendo presidente de la Republica Vicente Fox y Jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador; donde miles de mexicanos salieron a exigir seguridad, no solo en el Distrito Federal ahora CDMX, sino a nivel nacional, y sin embargo, fue descalificada e ignorada.
Es ahora el gobierno el que se siente agredido y ofendido, el que se dice víctima de un poder fáctico detrás de toda acción ciudadana, culpando conspiraciones que solo ellos ven y denunciando campañas sucias que ellos mismos utilizaron en su momento para llegar al poder, se han vuelto frágiles ante la evidente inseguridad, alta corrupción, deterioro de la credibilidad con los continuos ataques a las instituciones que ellos mismos en su momento como oposición exigían para la trasparencia, competitividad y el desarrollo de la democracia; a partir de la participación ciudadana y de los órganos autónomos.
Esta última manifestación es resultado de la apatía del gobierno en la búsqueda de una cohesión social a favor de todos, donde la convergencia de los distintos puntos de vista se convirtiera en el punto de partida para la construcción de un nuevo Estado; que, si bien privilegiara a través de políticas públicas a los más necesitados; a su vez creara el ambiente propicio para el desarrollo integral de la Nación. Se enfocaron en repartir dinero sin lograr disminuir de forma trasversal la pobreza multifactorial que reivindicara su proyecto transformador, elevando el nivel de seguridad y desarrollo humano a lo largo de territorio nacional.
Por lo que los invito a que nos quedamos con el último punto expuesto en el decálogo del pasado domingo 18,
“Que toda la ciudadanía entienda que el dos de junio tenemos que votar para defender la democracia y libertad”.
Javier Agustín Contreras Rosales. Colaborador de Integridad Ciudadana AC, Contador Público, Maestro en Administración Pública @JavierAgustinCo @Integridad_AC