Por Javier Agustín Contreras. Publicado en ContraRéplica.
La legitimidad del proceso electoral se erige como un pilar ineludible en el camino de un país hacia el progreso. Sin embargo; en el escenario actual; los resultados proclamados han encendido la alarma de una importante fracción de la población. Las discrepancias entre lo observado en las calles y lo reportado por las instancias electorales generan una sensación de incredulidad y desconfianza que no puede pasarse por alto.
Un caso emblemático que alimenta estas suspicacias es el contraste entre los datos demográficos oficiales y los números electorales en Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca. Según el censo de 2020, la población asciende a 50,375 habitantes. Sin embargo, los registros del Instituto Electoral de Oaxaca señalan una participación electoral de 59.41% que, extrapolada, requeriría un padrón de 110,926 votantes. Esta disparidad plantea dos posibles escenarios para los ciudadanos: o bien un crecimiento poblacional exponencial e inexplicado en los últimos años, contradiciendo las tendencias históricas, o la existencia de irregularidades en el proceso electoral que deben ser investigadas y aclaradas sin dilación, siendo la realidad que los datos expuestos en el PREP se refieren al Distrito electoral 24 que encabeza el municipio de Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca y que agrupa a 40 municipios en su totalidad, de los cuales 38 se manejan por usos y costumbres y 2 por representación de partidos políticos. En un contexto donde la confianza en las instituciones democráticas es fundamental, es imperativo abordar estas discrepancias de manera transparente y diligente. La credibilidad del proceso electoral y, por ende, la estabilidad y el avance del país dependen de ello. Es hora de que se garantice la integridad y la legitimidad de cada voto emitido, protegiendo así uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad democrática.
El llamado al reclamo de «Voto x Voto, Casilla Por Casilla» cobra aún más relevancia ante las discrepancias y sospechas que rodean los resultados electorales. Esta demanda de transparencia no solo busca esclarecer las dudas que han surgido, sino también reafirmar la legitimidad del Instituto Electoral y restaurar la confianza de los ciudadanos en el proceso democrático.
Es fundamental dejar atrás las sombras de una posible elección de Estado, donde la intervención gubernamental podría haber distorsionado los resultados a través de diversas estrategias, incluida la manipulación de datos en el PREP. En lugar de ello, se necesita un compromiso firme con los principios democráticos, donde el Estado, a través de sus organismos pertinentes como el INE, juegue un papel imparcial y garante de la equidad en el ejercicio del voto.
La supervisión rigurosa y la prevención de irregularidades son esenciales para preservar la integridad del proceso electoral y asegurar que cada voz sea debidamente representada. Solo mediante un enfoque transparente y justo se podrá restaurar la fe en nuestras instituciones democráticas y avanzar hacia un futuro donde la voluntad del pueblo sea respetada y defendida en todo momento.
Bajo el contexto de que vivimos donde la legitimidad del proceso electoral es cuestionada, nace la imperiosa necesidad de levantar la voz, que adviertan el rechazo de la ciudadanía al retroceso como una sociedad.
Es crucial prevenir que el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) se convierta en un partido hegemónico, preservando así la diversidad y la integridad democrática del Estado.
Javier Agustín Contreras Rosales. Colaborador de Integridad Ciudadana AC, Contador Público, Maestro en Administración Pública @JavierAgustinCo @Integridad_AC