Por Armando Afonzo Jiménez. Publicado en El Heraldo de México.
En el trabajo siempre será muy aliciente que tengamos oportunidad de desarrollarnos, a través de cursos y de capacitaciones, así como actualizarnos con literatura
¿Cómo podemos aspirar a construir una mejor sociedad? ¿De qué manera México puede ser más competitivo en materia productiva y de servicios? ¿Qué se necesita para contar con líderes y ciudadanos más comprometidos con su entorno?
Estas preguntas encuentran, como denominador común, una respuesta puntual: en la educación está la clave.
Si todos nos esmeramos en poner debida atención y trabajar en favor de la formación integral de los niños y de las niñas, seguro tendremos una juventud y una adultez con menos problemas.
Con una buena educación podemos elevar las condiciones de vida de la población.
Desde casa, los padres de familia podemos contribuir a que los niños, las niñas y los jóvenes generen un ambiente de respeto, entendimiento y solidaridad.
En las escuelas, los docentes pueden reforzar la disciplina que se requiere para adquirir los buenos hábitos de estudio. Contribuir a la enseñanza de los alumnos para que lean más, entiendan, discutan sus ideas y formulen interesantes propuestas
En el trabajo siempre será muy aliciente que tengamos oportunidad de desarrollarnos, a través de cursos y de capacitaciones. Actualizarnos con literatura y experiencias relacionadas con nuestras actividades nos permitirá dar mayores y mejores resultados.
En el ámbito de la prestación de los servicios, la capacitación en el trabajo puede marcar la diferencia. Por ejemplo, hay muchos destinos turísticos en nuestro país que son administrados por extranjeros debido a que muchos de ellos tienen las capacidades para la atención del sector. También hay casos en que quienes prestan los servicios turísticos, nacionales o foráneos, carecen de capacitación y esto va en detrimento de la calidad brindada.
La importancia de la formación en el ámbito público es indiscutible. No basta con un servicio civil de carrera. Todo servidor público está obligado a mantenerse actualizado en la función que desempeña. Ahora trabajar desde esa trinchera es más complicado que antes.
Se ocupan nociones generales de la administración pública, cómo brindar una adecuada atención a la gente, también conocimiento sobre derechos humanos, en especial respecto de transparencia, acceso a la información pública, protección de datos personales, archivos y gestión documental. Cada vez más será necesario saber sobre tecnologías de la información.
Es un lugar común escuchar disertaciones en la arena política, en el sector privado y en muchos medios de comunicación respecto de que la educación es una palanca de cambio y que es la panacea a todas nuestras dificultades. Del discurso a la realidad hay una brecha amplia. Es menester menos palabrerías.
Urge más inversión económica en educación, así como romper los intereses creados que obstaculizan su crecimiento. Ya es tiempo de que la educación sea una de las prioridades nacionales.
POR ARMANDO ALFÓNZO JIMÉNEZ
CONSTITUCIONALISTA