Por Iván Arrazola Cortés. Publicado en El Novedades.
Hasta hace unas semanas la oposición política en México parecía haber perdido la batalla, después de la estrepitosa derrota en el Estado de México, el anuncio sobre la conformación del Frente Amplio Por México para buscar la presidencia de la República, ha tenido un efecto significativo sobre la opinión pública y sobre el oficialismo que intenta desacreditar en cada oportunidad un proceso que se encuentra en fase de construcción.
Mientras el oficialismo realiza un proceso que luce acartonado, aburguesado, donde el flujo de recursos de origen desconocido parece ser la norma. La actual coyuntura ha modificado rápidamente el escenario político, aunque Morena sigue conservando una parte importante de la intención del voto, es claro que su proceso adelantado ha mostrado las deficiencias de los candidatos, a todos ellos les ha afectado el hecho de no ostentar un cargo público porque no generan el mismo nivel de convocatoria, también les pesa el no poder generar una opinión personal al estar bajo la sombra de López Obrador.
En el caso del bloque opositor han decidido realizar un complejo proceso de selección de su candidato que consta de tres fases o etapas. La primera fase incluye el registro de los aspirantes y la recolección de apoyos, por lo menos cada aspirante deberá reunir 150 mil firmas para participar en el proceso, las firmas serán recabadas a través de una plataforma, en una segunda etapa, quienes hayan reunido el requisito de las firmas participaran en un foro, de ahí se seleccionarán a tres candidatos a través de estudios de opinión pública, en la tercera etapa votará el padrón constituido en la primera etapa, también se levantarán encuestas para determinar al ganador entre los tres finalistas.
Los tiempos electorales para la sucesión presidencial los adelantó López Obrador y lo que hoy se observa en el país son las distintas estrategias por parte de las fuerzas políticas para darle la vuelta a la ley electoral, con tal de justificar porque se están adelantado a los tiempos establecidos por la ley para hacer campañas, buscan cualquier vacío, cualquier resquicio en la ley para impulsar a sus candidatos.
Aún en la simulación en la que se desarrollarán los dos procesos, ya que de ellos no saldrá un coordinador o un representante, saldrá el candidato a la presidencia de la República, es claro que la presencia de otras fuerzas políticas en el actual contexto refresca el escenario político, rompe con el pasmo que ha significado el proceso interno en Morena, que lejos de entusiasmar, repite hasta el cansancio los logros del régimen, sin tomar en cuenta los graves problemas que siguen aquejando al país.
El proceso de construcción del frente no ha estado exento de dificultades, algunas de las quejas que han expresado los contendientes en torno al método es que este no es ciudadano, al menos es lo que expresó el senador Germán Martínez, el método como tal no está abierto a la ciudadanía completamente, solo quien se inscriba en la primera etapa podrá votar en la tercera. El objetivo de los organizadores es evitar que personas ajenas al Frente, voten y elijan un candidato a modo para el oficialismo.
Otra de las criticas es la falta de piso parejo, la senadora Lily Téllez anunció su retiró de la contienda al considerar que sólo los que cuenten con más apoyo por parte de empresarios y líderes de partidos tienen oportunidad de participar y ganar. Ese es sin duda, uno de los grandes temas de los procesos anticipados, la falta de regulación genera un severo problema para saber qué tipo de apoyo recibirá cada aspirante para realizar giras y actos proselitistas, cuánto está gastando cada uno de los aspirantes y como rendirán cuentas en torno a los gastos que realicen.
Claudia Ruiz Massieu consideró que la formación del frente es una “respuesta pragmática” para hacer frente a la precampaña abierta, anticipada e ilegal de Morena, por lo que decidió bajarse de la contienda. Resulta paradójico que la crítica se externe cuando inclusive tanto Téllez como Ruiz Massieu estuvieron presentes en la presentación de la estrategia del Frente y seguramente tuvieron información previa sobre cómo se integró la propuesta para armar el Frente, al final para el frente opositor era indispensable presentar una estrategia el inicio del proceso en Morena.
Los meses que están por venir serán de una profunda confrontación política, el régimen oficialista va a apostar por una polarización extrema, el país necesita recobrar el centro político, retomar la negociación política a la que se ha negado el gobierno de López Obrador, una fuerza política por sí sola no es capaz de resolver los problemas y eso ha quedado claro con este gobierno. Todo es te movimiento electoral adelantado requerirá que las fuerzas políticas acuerden nuevas reglas, el resultado de la elección presidencial no debe de ser el fin sino el principio de una nueva era.
Iván Arrazola es analista político y colaborador de Integridad Ciudadana. @ivarrcor