Por Iván Arrazola Cortés. Publicado en El Novedades

Después de más de 60 días de actividades, 33 personas registradas para participar en el proceso y 5 foros regionales, está por llegar a su fin un proceso inédito en la historia democrática de México, la construcción de un Frente opositor, que tuvo como fin primordial elegir a la futura candidata por el PRI, PAN y el PRD para la presidencia de la República, el proceso que en un inicio levantó altas expectativas parece ir perdiendo interés por la forma en la que se ha venido desarrollando el proceso.

Desde su nacimiento el Frente Amplio ha estado en medio de polémica, desde el primer consejo ciudadano conformado para organizar el proceso de selección, hubo quejas por parte de los integrantes de que el proceso sería controlado por los partidos políticos, por lo que varios académicos renunciaron a participar, también algunos aspirantes que fueron quedando fuera de la contienda acusaron que había una cargada a favor de la senadora Xóchitl Gálvez.

Tampoco los diferentes debates y foros organizados por el Frente han despertado interés, no ha habido claridad en las propuestas de los contendientes, aunque por ley los partidos se encuentran impedidos en este momento para presentar propuestas, habría sido deseable que al menos los aspirantes explicaran su visión del país y deslizaran algunas propuestas, más allá de culpar a López Obrador de los problemas actuales o de los lugares comunes.

Estos ejercicios de discusión sobre la agenda del país estuvieron lejos de dejar huella sobre lo discutido, es difícil recordar alguna propuesta o idea, más allá de los errores de la más popular de las aspirantes, Xóchitl Gálvez, que recordó como el cierre de negocios de venta ilegal de alcohol ayudaron a mejorar la seguridad de la alcaldía que ella gobernó en la Ciudad de México, o sobre el proceso de industrialización en el sur del país que nuevamente sacó a relucir las diferencias culturales entre el norte y el sur.

En el caso de Beatriz Paredes, la otra contendiente que continua en el proceso, aunque ha mostrado mejor desempeño en los debates y es la que cuenta con más experiencia política, tampoco ha generado mayor entusiasmo, precisamente por su experiencia y por su cercanía a los personajes que han tomado las decisiones más importantes en el país en las últimas décadas, habría sido deseable un discurso más autocritico y más elaborado de la política priista.

Pero quizás la principal falla del Frente se encuentra en las declinaciones a favor de Gálvez, en las últimas semanas diferentes encuestas han señalado que la distancia entre las dos aspirantes se ha reducido, ante esta situación el diputado Santiago Creel se ha visto prácticamente obligado a declinar a favor de su compañera de partido, en el caso del PRD que ya no tiene representantes en esta última fase, también ha dado su apoyo a Gálvez.
Si realmente el proceso no es una simulación y es un proceso de competencia abierta, lo que se esperaría es que gane la candidata que mejor desempeño tenga y la que logre ganar más adeptos a lo largo del proceso.

Pero la necesidad del Frente por tener una candidata competitiva de cara a la elección presidencial de 2024, parece sobreponerse a una competencia mucho más amplia y abierta, lo que sin duda resta credibilidad al proceso organizado por la oposición.

Tampoco genera amplias expectativas el que se empiecen a nombrar coordinadores, algunos de ellos viejas caras de la política tradicional, como el caso Francisco García de Cabeza de Vaca, nombrado coordinador de seguridad quien no pisa el país ante el temor de ser detenido, o el caso de José Ángel Gurria coordinador de proyecto de gobierno, la renovación de los rostros que acompañaran a la candidata del Frente será un asunto primordial y es probable que esos puestos se tengan que buscar fuera de las filas de los partidos que integran el Frente para generar mayor entusiasmo.

El proceso, aunque en teoría interesante, lo cierto es que en la práctica sigue mostrando pocas novedades respecto a como se comporta la clase política tradicional, como si todo se tratara de conseguir una candidata o candidato popular, todo se ha centrado en construir una candidatura que sea capaz de competir en contra del oficialismo, sin cuidar demasiado la forma en la que se ha llevado el proceso, pero sobre todo un análisis profundo y autocritico de la situación que vive el país y la falta de un programa político y un equipo confiable para respaldar la candidatura.

Iván Arrazola es analista político y colaborador de Integridad Ciudadana. @ivarrcor @Integridad_AC