Por Viviana Islas Mendoza. Publicado en ContraRéplica.

México atraviesa una situación difícil de violencia e inseguridad, y es claro que no se cuenta con una estrategia gubernamental para hacerle frente. La violencia política es una de las vertientes de la violencia que se sufre en el servicio público, principalmente durante las elecciones y que ha cobrado la vida de cientos de personas.

Pero ¿qué es la violencia político-electoral? según Marco Derrick la podemos entender como una conducta de agresión que amenaza al régimen político y al democrático, y que se presenta con actos destructores en los procesos electorales. En nuestro sistema electoral, la podemos definir como las conductas que busquen generar un detrimento en el goce y ejercicio de un derecho político-electoral de la ciudadanía al votar, ser votada. Dichas conductas, van desde asesinatos, secuestros, amenazas, difamaciones, actos vandálicos, etc., y se presenta en candidatos, funcionarios públicos, simpatizantes y ciudadanos. 

Mucho se ha advertido sobre los desafíos que implica la organización de las elecciones federales 2024, la inseguridad es uno de ellos, la consultora Integralia, advierte diez riesgos uno de ellos tiene que ver con la presencia de “grupos criminales que aprovechan la coyuntura electoral para ampliar su control sobre los gobiernos y los mercados locales”, trayendo como consecuencia el aumento la violencia política. 

Para ejemplificar lo anterior, de acuerdo con Arturo Alvarado, en su artículo “Violencia política y electoral en las elecciones de 2018”, señala que en el proceso electoral 2018 semejante al que estamos viviendo, debido a la renovación del Ejecutivo Federal, se presentaron un total de 366 casos de violencia política, con un número altísimo de asesinatos, 140 para ser exactos, seguido por 71 amenazas, 65 agresiones, 26 por casos de violencia política en razón de género, el resto dividido entre secuestros, robos y vandalismos. 

Asimismo, da a conocer el perfil de las víctimas, señala que más del 57% de los registros de violencia fueron dirigidos a personas del sexo masculino. Respecto al cargo de las víctimas, candidatos a presidentes municipales son los más violentados, seguidos por militantes y en tercer lugar los candidatos a diputado local, siendo Morena el partido con mayor número de víctimas después el PRI y PRD. 

A escasamente dos semanas de iniciar las campañas presidenciales, en un proceso electoral inédito pues se estarán eligiendo 20 mil 375 cargos de elección popular, preocupa el alto índice de casos de violencia política electoral que se han presentado. Datos periodísticos señalan que en lo que va del proceso electoral se han registrado 185 eventos de violencia política de los cuales 59 corresponden a asesinatos. No obstante, en la plataforma Verificado se tiene el registro de apenas 50 casos de los cuales 33 corresponden a personas asesinadas en su mayoría hombres y del partido Morena. 

Si comparamos las cifras de 2018 con lo que va del 2024 se puede observar que la tendencia es la misma, los candidatos hombres a nivel municipal del partido Morena son los más violentados y en campañas electorales el número de asesinatos y actos violentos aumenta. Urge que los tres niveles de gobierno trabajen de manera coordinada sin escatimar recursos a fin de garantizar la seguridad no sólo de quienes aspiran a gobernar sino de la ciudadanía en general que lo demanda. La violencia en cualquiera de sus expresiones representa un peligro para la democracia, pues la transición pacífica del poder y la legitimidad de quienes nos gobiernan están en juego. 

Viviana Islas Mendoza Colaboradora de Integridad Ciudadana, Consejera Local del INE Estado de México, Asesora en la Administración Pública Municipal, Politóloga por la UAM, con estudios de posgrado en Políticas Públicas y Derecho Parlamentario. @VivianaIslasM @Integridad_AC