Información y poder


Por: Manuel Bazan @bazancruzz Publicado en Contra Réplica


En una época donde la información se propaga en cuestión de segundos en internet, tenemos la responsabilidad de verificar aquello que otros pretenden viralizar para incidir en las opiniones públicas.

En la era de las redes sociales, transitamos del homo vidents, de Sartori, hacia un espacio abrumador y caótico en donde la percepción sobre los problemas comunes proviene de diversas vías, las cuales están interconectadas como si se tratase de una sola. En esta vorágine, aún y cuando alguien haya decidido integrarse a una de las alternativas tecnológicas, lo más probable es que reciba publicaciones de otros canales, pues la facilidad con que la información transita de una red a otra es inmediata.

Es así como la preferencia por la TV está cambiando a novedosos mass media, donde existe una simulación en torno al control de la información. Lo que ha propiciado que las redes hayan dejado de ser un simple álbum fotográfico, para constituirse en un campo de batalla donde los internautas fungen como soldados para vulgarizar notas oportunas, pero carentes de veracidad, seriedad y objetividad. Y es que no es un mito aquello de que la información y el conocimiento facilitan el poder sobre las masas.

En esas batallas, las pasiones nos conducen a enviar información sobre quienes aborrecemos política, económica o socialmente. No nos damos cuenta de que formamos parte de una lucha por el poder, donde otros se benefician directamente. Habrá quienes consideren que no tienen alguna responsabilidad con simplemente dar like o retweet a lo que es de su agrado; sin embargo, no se percatan del daño que se está ocasionando a un país con graves problemas sociales.

Ante tal complejidad, sería un error abandonar el campo de batalla, lo que corresponde es comparar datos y generar una opinión basada en el análisis. Ello implica dejar de reproducir fake news de fuentes desconocidas o carentes de la ética que caracteriza a los verdaderos periodistas. Asimismo, debemos aprender a diferenciar entre información y opinión, pues ésta última, a pesar de que provenga de una persona con cierto reconocimiento público, es debatible y tenemos el derecho de cuestionarla.

Más allá del gobernante en turno, debemos entrarle a la responsabilidad que conlleva el ser habitantes de un Estado que no sólo necesita un cambio político, sino también de una participación social activa que contribuya a finiquitar los vicios que venimos arrastrando, dentro de los que se encuentra la manipulación mediática.

https://www.contrareplica.mx/nota-Informacion-poder20196211


Manuel Bazan Cruz

Doctorante en Ciencias Sociales por la UAM. Colaborador de Integridad Ciudadana, A.C., Especialización en Políticas Públicas para la Igualdad en América Latina (CLACSO) y maestro en Transparencia y Protección de Datos Personales por la UDG.

@Integridad_AC @bazancruzz

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