La ciega necedad


Por: Vladimir Juárez @VJ1204 Publicado en ContraRéplica


“Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, Ciegos que ven, Ciegos que, viendo, no ven”, José Saramago

Como en la novela Ensayo de la Ceguera, de José Saramago: todo inició con una pandemia como un enorme retroceso para la humanidad. Su primera víctima no fue la salud, ni la economía, ni los derechos fundamentales, ni las adversidades ideológicas; sí lo fueron la ética, los valores, las razones y la verdad misma. Pues todas ellas se pusieron a prueba ante un problema extraordinario que era desconocido.

No hace mucho que Saramago nos expuso en dicha novela como el gobierno ante una pandemia, en un principio, promete con elocuencia científica garantizar las necesidades básicas de los afectados, pero poco a poco empieza a perder el control —al que se aferra bajo la tenaz suspicacia de la legitimidad democrática— hasta que éste se vuelve incapaz de prever el crecimiento de la enfermedad y, por lo tanto, de sostener con razones laicas su actuar, llevándolo a lo inmediato al uso de la fuerza y la suspensión de las garantías propias de la democracia.

En aquella novela, las consecuencias de la pandemia empiezan a ser estragos no en lo económico, sino en el miedo que comienza a controlar las acciones del propio gobierno, del ejército, de la policía, de las autoridades; las cuales para intentar evitar la propagación masiva de la enfermedad reaccionan encerrando a los nuevos infectados. Hasta que estos, presas de los más bajos instintos y de la locura del encierro, rebajan al ser humano a su más triste inmundicia.

En nuestras circunstancias, el #Covid19mx ha traído consigo una similitud agravada. Pues esta nueva pandemia es una especie de ceguera en todos los niveles y contextos. Es, tal vez, a diferencia de los signos y síntomas como el dolor de garganta, la tos, la fiebre o la dificultad para respirar, algo más parecido a una ceguera “asintomática”.

Es la ceguera la que minimizó la pandemia que paralizó a China, Europa, y a nuestro principal socio comercial —Estados Unidos—, en tanto que el gobierno federal empequeñecía sosteniendo que el movimiento feminista y el paro del 9 de marzo #UnDíaSinNosotras, que costó 26 mil millones de pesos, era algo menor y superable, pues solo significaba el 0.013 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Sin embargo, hoy la pandemia del #Covid19 y la gran recesión económica (+ del -4% del PIB en 2020) que se avecinan en México lograron extender la enfermedad cegando también a los distintos niveles de gobierno, líderes políticos, sociales y empresariales que han dejado de creer en aquel que es responsable de ver y guiar no solo a su electorado, sino a todo un país, que no es solo de uno, sino de todos.

De enfrascarnos en una posible crisis política, se correrá el peligro inminente de que sea la misma ceguera la que impacte a la población cuando esta resienta durante 2020 la pérdida de un millón de empleos y opten por retirar su confianza a las autoridades para tomar en sus manos decisiones que muestren que “el ser humano es mitad indiferencia y mitad malicia”.

Los Otros Datos indican que México vive en una especie de ceguera: No es que estemos ciegos, pero vemos sin ver nuestro entorno inmediato. Seguimos sin ver. Opinamos sin observar. Creemos sin mirar.

Lamentablemente, el daño de la ceguera está hecho. Y la improvisación gubernamental de la prueba y el error están a la suerte del ciego que se niega a ver, y en consecuencia a actuar.

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