La penosa incredulidad


Por: Vladimir Juárez @VJ1204 Publicado en ContraRéplica


No hace mucho iniciamos el año con una algarabía reparadora por las festividades decembrinas 2019. Fueron momentos de unión social y añoradas esperanzas. Prácticamente todos —sin importar color, credo o distanciamiento— nos estrechamos la mano y abrazamos deseándonos salud, prosperidad y felicidad.

2020 inició con la noticia sobre una posible guerra entre los Estados Unidos e Irán, y de la aparición “misteriosa” del #Covid-19 en China. Para entonces, en México tanto gobierno como analistas se enfocaban en realizar proyecciones sopesando el primer año del presidente López Obrador. Que, en aquel momento, se estimaban para 2020 en +1.7% PIB.

Si bien los analistas avizoraban riesgos por el manejo personalísimo del Ejecutivo al tomar decisiones sin suficiente sustento, así como por el estancamiento económico en 2019 (-0.1% del PIB), también es cierto que en los pronósticos cabía la probabilidad de que México podría aprovechar el momento para crecer como consecuencia de la guerra comercial que sostiene Estados Unidos con China, y por el #Covid-19, que apareció el 1 de diciembre de 2019 en aquella potencia asiática.

Por su parte en el plano local, 2020 nos sorprendió con el decreto de creación del Insabi que extinguió al seguro popular, así como la instauración de una agenda migratoria más estricta y, —en lo personal—, por la desacreditación tan particular que hizo el presidente López Obrador a la sociedad civil organizada que convocó y participó en la Marcha “Verdad, Justicia y Paz”, y meses más adelante, por la misma postura “humanista” del presidente ante el movimiento feminista y los feminicidios en el país.

A pesar de, el gobierno federal descreyó las denuncias por la puesta en marcha del Insabi —como la falta de medicamento—; negó la violación a los derechos humanos en las garitas de Chiapas; deslegitimó la Marcha como un movimiento civil con interés público; minimizó el movimiento feminista que será recordado como el punto de inflexión de su incredulidad; y, por si esto fuera poco, el gobierno federal empequeñeció las consecuencias de la pandemia del #Covid-19 en México. Y con ello, dio preferencia a promover los temas del combate a la corrupción y la venta del avión presidencial.

Paralelamente, los medios de comunicación informaban al mundo que el 23 de enero China puso en cuarentena a 20 millones de personas que se encontraban en el área de mayor contagio de Wuhan; para después incrementar a 50 millones de personas en Hubei, y 24 millones más en febrero. Seguidamente de noticias similares en Italia, Francia, Alemania, Corea del Sur, Estados Unidos, etcétera.

Está claro que, declarada la Pandemia por la OMS, y la emergencia sanitaria por el Consejo de Salubridad General en México, hoy la agenda ha cambiado, pero no se ha resuelto.

Hoy sabemos que la violencia no cede, que los feminicidios continúan, que las condiciones migratorias en la frontera sur se recrudecen, que el sistema de salud está en crisis, que las víctimas de la violencia singuen sin resarcirles, que la pandemia nos ha arrebatado el crecimiento económico hasta estimarlo en un (-4% del PIB) para 2020, y que la recuperación económica será tipo “U” (caída con recuperación lenta) o incluso tipo “L” (caída seguida de estancamiento), y que es imposible estrecharnos la mano y abrazarnos sin correr riesgos. Y aunque no lo parezca, esto tiene origen en la penosa incredulidad gubernamental que aplica aquella máxima que dice que “es más fácil engañarnos que convencernos”. La buena noticia de todo ello es que ya terminó el primer trimestre del año.

•Colaborador de Integridad Ciudadana A.C. @Integridad_AC
@VJ1204

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