Corresponsabilidad democrática


Por: Magdiel Gómez Muñiz @magdielgmg Publicado en ContraRéplica


En múltiples foros latinoamericanos se ha debatido sobre la calidad de las democracias y las características que un buen gobierno debe tener. Haciendo un diagnóstico racional, difícilmente se puede responder con precisión. Lo cierto es que, para evaluar “objetivamente” el desempeño de un gobierno, así como la consolidación democrática, deben formularse agendas de manera bidireccional; no verticales o sin retroalimentación.

Casi siempre se interpela sobre ¿Qué puede hacer el Presidente para acabar con la corrupción, inseguridad, pobreza, impunidad, nepotismo?; entre otras materias; pero pocas ocasiones se realiza la pregunta en primera persona del plural, entiéndase: nosotros. El valor semántico del “nosotros” en política, es vital para construir un gobierno medianamente ideal, sin que se expíen culpas; aquí nadie se queda fuera y lo atractivo de las democracias es que cada personaje posee una responsabilidad axiológica y jurídica para provocar cambios en el espacio público.

Entonces, lo correcto sería preguntar: ¿Qué podemos hacer nosotros (la otredad y yo) para acabar con la corrupción, inseguridad, pobreza, impunidad, y nepotismo? La respuesta pluralizada produce desafíos en la lógica de la participación y el resurgimiento de nodos solidarios para alcanzar comunidades orgánicas. Ni el gobierno es culpable de todo. Ni la sociedad es blandengue e ingenua.

Por tanto, los que se indignan no lo hacen en contra de las instituciones (independientemente de los escasos o numerosos resultados) sino que la indignación se engendra por padecer las tribus de ineptos que impúdicamente gobiernan desde la ocurrencia. Hoy se escuchan comunicados inverosímiles, por ejemplo, que se van los plurinominales; que apremia una reforma electoral y que deben elegirse a los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) a propuesta del gobierno en turno y su mayoría legislativa, situación por demás grotesca que denota una supina falta de oficio político. Sin duda, esto no abona en la construcción de consensos, ni tampoco la confianza colectiva que tanta falta hace.

Sumado a lo anterior, el exceso de individualismo postmoderno, proyecta a los políticos como enemigos acérrimos de la política, se desmantela lo público y se tejen discursos de odio bajo enfoques de “amigo-enemigo” schmiteanos. Esta lógica de las rivalidades tiene como común denominador el boicot al que avanza o al que no opina con la voz de la mayoría y con ello la atomización de un país que viven entre paradojas y claroscuros.

Lamentablemente estamos normalizando situaciones absurdas como tolerar que nos gobiernen futbolistas, mi-reyes, influencers, o adalides del “bien hacer” enlodados por fraude o enriquecimiento ilícito. En pocas palabras, burocracia obesa sin ningún beneficio tangible. Se vive la paradoja de haber votado por el “mejor gobierno” y tener la sensación de engaño al mismo tiempo conforme transcurre el sexenio.

Enfocarnos en lo esencial de las democracias es correr de la mano con el electo, pese a las incompatibilidades que se puedan tener y llegado el momento poder juzgarlo si es que comete errores. Aquí la radicalización del discurso no puede tener lógicas invasivas, los criterios de un buen gobierno se harán tangibles cuando las brechas de desigualdad se reduzcan, lo demás es demagogia.

Se puede tener la última palabra, pero no siempre se puede tener la razón. Por lo pronto como desahogo improductivo iniciamos semana con una lapidaria frase: “tengan para que aprendan”, mientras tanto que las próximas transformaciones políticas impacten favorablemente a los sujetos, los temas y las condiciones. Por el bien de México por el bien de la democracia.

Magdiel Gómez Muñiz Colaborador de Integridad Ciudadana, Coordinador del Doctorado en Ciencia Política del Centro Universitario de la Ciénega – UDG. Profesor Investigador de Tiempo Completo de la Universidad de Guadalajara, co expertis y posgrados en estudios políticos y gobierno, filosofía política y educación @magdielgmg @Integridad_AC