Alaska J. Zamora @AlaskaJuarez Publicado en ContraRéplica
“En toda emergencia, siempre hay un paciente, una larga incertidumbre de espera y una negligencia”
“Yo he visto de todo en esta unidad… cuando te sorprende la emergencia, los familiares venden hasta su alma al diablo con tal de sacar a su paciente de la muerte. Es triste, pero los familiares cuando nos ven llegar nos miran y nos dicen, ̒no tengo dinero, dígame qué hago, dígame a dónde voy, dígame esto…̓, en esta ambulancia nos ha tocado mucha gente de pocos recursos. Y es entonces cuando puedes hacer la obra buena del día… mis compañeros suelen decirme: “Hay July, no manches, un día nos van a correr, ¡esto es un negocio! no la divina providencia.”
La paramédico mira su reloj, suspira y agrega durante su entrevista: “Y es por eso que, en muchas ocasiones me ha tocado decirles a los familiares que no tienen dinero: ̒sabe qué, no le invierta más. No gaste su último dinero en el traslado, porque su paciente no va a llegar, solo nos vamos a meter en problemas legales̕. Si me lo llevo se va a morir en la ambulancia ¿para qué los hago gastar más? Llevármelo y que muera es que llegue el ministerio público, es que arrastren la ambulancia, es que los peritos…, es que los patrulleros…, es una cosa brutal donde solo el dinero resuelve las cosas. Pero es su decisión, si usted me paga… si usted me dice, ¡lléveselo!, entonces yo me lo llevo…”
July remata: “Tal vez a la gente ya se le olvidó, pero durante la pandemia, al igual que las ambulancias, las funerarias estaban saturadas. En ese entonces, los crematorios no se dieron abasto, cremaban los cuerpos a toda hora y las cajas de los cuerpos eran recicladas una tras otra para volverlas a vender; fue un mercado exploratorio pero fácil… tanto como lo es el mercado de las emergencias en ambulancias …”
Pareciera broma que después de casi 3 años de pandemia mundial, en la Ciudad de México aún no se pueda regular un servicio vital para la comunidad como lo son las ambulancias médicas.
En 2020 la Ciudad de México contaba con 290 ambulancias públicas. De acuerdo con la OMS se establece que debe haber 4 ambulancias por cada 100 mil habitantes, conforme al censo de la CDMX, se debería contar con 368 ambulancias.
Debido a la carencia del servicio, la espera promedio por una ambulancia pública es de aproximadamente 41 minutos, según datos del C5. Sin embargo, muchas personas ante la emergencia y la desesperación se ven ante la disyuntiva de esperar una ambulancia pública o recurrir a los servicios de ambulancias privadas, que en muchas ocasiones no se encuentran verificadas, lo cual no permite corroborar que la ambulancia cuenta con personal capacitado para ofrecer el servicio, equipos que funcionan adecuadamente, insumos y medicamentos no caducos, entre otros aspectos importantes para salvaguardar a los usuarios.
Por lo tanto, el problema no solo se limita al peligro ante la espera de esos 41 minutos, pues estas mismas ambulancias llegan a ser abusivas a la hora de cobrar su servicio, sin contar que hay casos en los que las mismas ambulancias privadas están coludidas con clínicas mal equipadas que pagan para hacerles llegar pacientes.
Por si eso fuera poco, es de conocimiento público sus continuas infracciones al reglamento de tránsito, provocando accidentes en la vía pública, reportes de usuarios que son maltratados por los tripulantes de dichas ambulancias, algunos otros han sido víctimas de engaños, fraudes y hasta abandonos en vías públicas.
Hace algunos meses, la conversación acerca de la regularización de este servicio tomó importancia en la agenda pública, pues dos ambulancias particulares sufrieron un accidente vial al chocar una contra la otra, dejando como resultado 7 heridos, uno de ellos de gravedad. Semanas después de este lamentable hecho, el Gobierno de la capital declaró iniciar el proceso de regularización de cerca de 300 vehículos privados de atención prehospitalaria, además de abrir dos convocatorias para que trabajadores administrativos del gobierno de la Ciudad de México y voluntarios se capaciten como paramédicos en el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas, sumando así nuevos agentes prehospitalarios en la capital.
Estas medidas suenan prometedoras, pues tienen como propósito reducir tiempos de respuesta a emergencias de 41 minutos a 15 o menos, además de regular al 100 por ciento las ambulancias particulares. Sin embargo, este nuevo sistema deberá estar funcionando hasta agosto de este mismo año, según declaraciones oficiales.
Recordemos, ante cualquier emergencia llamar al 911, el único número de atención donde sus servicios son gratuitos. Para identificar una ambulancia certificada, las placas deben iniciar con AM y al frente y en sus costados se debe identificar con la leyenda “Ambulancia” y especificar de qué tipo.
Es cierto que para resolver el problema de raíz se lleva tiempo. Ojalá que mientras se toman las medidas necesarias para que eso suceda, a ninguno le toque cruzar los dedos para que en caso de una emergencia no se requieran más de 41 minutos para salvar sus vidas.

Alaska J. Zamora, colaboradora de Integridad Ciudadana A.C. Egresada de Comunicación de la Universidad Iberoamericana. @AlaskaJuarez en acompañamiento @VJ1204