Por una sociedad equilibrada


Por: Javier Agustín @JavierAgustinCo Publicado en ContraRéplica

Durante las últimas semanas hemos vivido una serie de eventos que van desde los resultados electorales y el debate de quién ganó y quién perdió, hasta la descomposición del Partido Revolucionario Institucional, con la toma de los opositores de Alejandro Moreno mejor conocido como “Alitos”.

Pero todo queda en un segundo plano cuando nos damos cuenta y vemos que como nación vamos sin rumbo fijo, que no existe un objetivo a alcanzar como país, que estamos seriamente fracturados al interior, que la meta de la clase política es desacreditarse los unos a los otros, para acceder al poder o continuar en el mismo.

La realidad de México es que no existe un proyecto que permita el desarrollo, día a día vemos cómo pasamos de ser una nación influyente e innovadora, a convertirnos en un parásito dependiente de las remesas que nuestros paisanos mandan.

Así, por ejemplo, y de acuerdo al informe del primer trimestre del año, las remesas representan el principal ingreso de divisas, por arriba de la inversión extranjera, exportaciones y turismos. Para muchos sectores esto será favorable y activará la economía, sin embargo, no significa que sea lo correcto y deseable para una nación.

Es por eso que cuando se menosprecian los avances de la sociedad a través de la cultura del esfuerzo y se enaltece el trabajo del gobierno en cuanto a la repartición de recursos derivados de programas sociales, que no sirven para cambiar la realidad de muchos mexicanos, convirtiéndose en paliativos llenos de buenos deseos, pero sin un resultado real, como ciudadano uno debe preguntarse: ¿disculpe qué dijo? O exhala una simple exclamación de no entiendo a dónde vamos.

Hoy la recaudación del ISR representa aproximadamente 14% del PIB y mientras la economía informal representa aproximadamente 23% del PIB, ocupando al 56% de la población ocupada, siendo solo el 43% el que está dentro de la economía formal, conforme a lo publicado en la gaceta económica del 17 de diciembre 2020, publicada en el sitio gob.mx

México es un país pacifista que lleva toda su historia luchando contra corriente, desde sus cimientos como nación hace casi 200 años hasta nuestros días, sigue siendo una nación joven que necesita trabajar en el correcto diseño democrático que permita que a través de las oportunidades que brinda la educación como base del desarrollo humano, se genere una sociedad equilibrada donde el grueso de la población se concentre en la media, generando riqueza y aportando impuestos que sirvan para la construcción de infraestructura y permitan crear servicios públicos completos y en funcionamiento que permitan la transición de los diferentes sectores, donde la máxima sea: me preparo para un mejor futuro dando frutos con trabajo e impulsando al país con el pago de impuestos justos.

Es deseable evitar el conformismo y la mediocridad, superar la dádiva que resuelve quizá al momento, pero no construye. Aspiremos a crecer y tener una mejor calidad de vida para todos, construyendo un país que genere riquezas a través de la inclusión económica y no parásitos con programas sociales ineficientes.

Javier Agustín Contreras Rosales. Colaborador de Integridad Ciudadana AC, Contador Público, Maestro en Administración Pública @JavierAgustinCo @Integridad_AC