Por Viviana Islas Mendoza. Publicado en ContraRéplica.
Los resultados electorales arrojados en las urnas permiten analizar la conformación del poder político, la distribución de las fuerzas en el Congreso y en los estados, el régimen de gobierno que se adoptará, el perfil y comportamiento del electorado, de este último es de lo que hablaremos en la presente columna.
Una de las características de las democracias consolidadas es ejercer el sufragio libre e informado, en este sentido, cada vez es más común que en procesos electorales donde se elige más de un cargo, los ciudadanos voten por un partido distinto, a esta práctica se le conoce como voto diferenciado, y que de acuerdo con los datos arrojados el pasado 2 de junio en México puede presumirse que este suceso se presentó en al menos en dos entidades: Guanajuato y Jalisco.
La lógica nos diría que votar de manera diferenciada está íntimamente ligada con el voto racional, sin embargo, la teoría nos da al menos tres tipos de enfoques para poder entender este tipo de comportamiento electoral. Según Luz Idrobo en su artículo “El voto diferenciado: un estado del arte”, el modelo de compensación explica que los votantes son capaces de elegir a sus representantes mediante la división de voto con el fin de obtener políticas públicas de su ideología. El segundo tiene que ver con un modelo occidental, el cual sugiere que los votantes buscan cosas diferentes en un presidente y en un miembro de la Cámara, es decir, vota según los temas que más le preocupan dependiendo del cargo a elegir. El último enfoque es referente al voto estratégico, donde el votante decide cambiar el sentido de su voto si el de su preferencia tiene pocas probabilidades de ganar, es decir, analiza el costo beneficio.
Una vez teniendo este antecedente teórico, analicemos los resultados del proceso electoral concurrente 2024. Como sabemos Claudia Sheinbaum, será la próxima presidenta de México, la coalición encabezada por Morena que la llevó al triunfo con el más de 59% de las preferencias electorales ganó en 31 de las 32 entidades federativas, es decir, perdió sólo en Aguascalientes, en todas las demás ganó, incluso en Guanajuato y Jalisco donde se renovarán las gubernaturas y se ratificó el triunfo para los partidos gobernantes PAN y MC respectivamente.
De acuerdo con cifras oficiales, en Guanajuato la coalición encabezada por Morena ganó con 46% de la votación en la presidencia de la república y en el senado con el 43% en comparación con el 40% y 39% respectivamente de la coalición encabezada por el PAN. Sin embargo, a nivel gubernatura, las cifras se revirtieron, el PAN ganó la gubernatura con el más del 51% de la votación en comparación con Morena que obtuvo el 40%. En Jalisco sucedió algo similar, Morena ganó la presidencia y el senado con 44% y 40 % contra 17 % y 27% respectivamente de Movimiento Ciudadano que ganó la gubernatura con el 41% de las preferencias, cuatro puntos arriba que la candidata de Morena.
Tanto en Guanajuato como Jalisco, la ciudadanía recibió seis boletas, para presidente de la república, senado, diputado federal, gubernatura, ayuntamientos y diputado local, en ambas entidades la ciudadanía votó de manera diferenciada entre lo local y lo federal en los tres niveles. No contamos con los datos estadísticos que nos permitan comprobar que la ciudadanía votó de manera estratégica, lo cierto es que a nivel local los resultados no favorecen a la gobernabilidad, el nuevo equilibrio de fuerzas hará que la gobernadora y gobernador electos se sienten a acordar con sus opositores, de contario, se repetirán casos como el de Nuevo León.
Viviana Islas Mendoza Colaboradora de Integridad Ciudadana, Consejera Local del INE Estado de México, Asesora en la Administración Pública Municipal, Politóloga por la UAM, con estudios de posgrado en Políticas Públicas y Derecho Parlamentario. @VivianaIslasM @Integridad_AC