Por Rigoberto Silva. Publicado en ContraRéplica.

En los pasados días comprendidos entre el 17 y 20 de julio, se realizó en Lisboa, Portugal, el XII Congreso Latinoamericano de Ciencia Política (ALACIP), que fue bautizado con el nombre de “América Latina como actor en la reconfiguración geopolítica global”. Ante este evento tan importante nos podríamos preguntar: ¿qué es lo que estudian y discuten los politólogos de América Latina? Para dar un vistazo a la respuesta que orienta esta pregunta, revisaremos las actividades centrales.

El día 17 de julio, se registraron las mesas tituladas “De la academia a las grandes audiencias: retos y balances de la divulgación de la ciencia política”; “Proyección y articulación de los espacios iberoamericanos y lusófonos”; “El estado de la Ciencia Política en América Latina”; “La revolución de los claveles 50 años después”; y claro, la inauguración con la conferencia “América latina como actor en la reconfiguración geopolítica global”. El día 18 de julio, las actividades centrales fueron las siguientes: “Revistas de Ciencia Política de y sobre América Latina”; “La ciencia política brasileña y su contribución para América Latina”; “Populismos en América Latina y Europa: ¿distintas características de un mismo fenómeno?; y por último, “América Latina y el final del largo siglo XX”. El día 19 de julio, las actividades centrales fueron las siguientes: “Coyuntura política en Brasil de 2024” y “América Latina en el mundo de la reconfiguración global”. Y por último, el 20 de julio, la actividad central fue la mesa redonda titulada “Resiliencia democrática en perspectiva comparada en América Latina”.

De este gran listado, me parece que podríamos rescatar aspectos importantes proyectados por quienes dirigen a las organizaciones que integran a la ALACIP:

1. Existe preocupación en la difusión de la ciencia política como disciplina académica, que va mucho más allá de los analistas que encontramos en los espacios de opinión, aún cuando muchos de ellos provengan de espacios académicos. Hay quienes advierten del evidente papel de agencia política que tienen los “opinadores”, que si bien pueden ser derivados de un análisis académico previo, inclusive, sofisticado, la posición política en la que militan les hace colocarse en una arena de disputa por el poder.

2. La Ciencia Política es ciencia, entre otras cosas, gracias al esfuerzo y dedicación del estudio de sus objetos de estudio. Sin embargo, es sabido por todos y todas que la agenda de lo que se estudia, de lo que es importante, e inclusive, de lo que es o no ciencia política, está definido en buena medida por quienes hacen actividades políticas dentro de las organizaciones que agrupan a los académicos de la ciencia política. Es algo que perfectamente puede sonar como un galimatías: aquellos académicos que estudian la ciencia política también hacen política, y por tanto, también son espacios en donde se generan los mismos fenómenos que estudian afuera, como las hegemonías, dominación, poder, agenda, etc.

3. Que el populismo es definido y redefinido una y otra vez, y que nuevamente fue un tema central ahora en este congreso. Tantas distancias hay en aquellas categorías construidas que aunque gocen de mayor o menor popularidad, los presidentes de la región (AL) podrían estar en varias según la articulación conceptual y teórica desde el que se parta: López Obrador, Bolsonaro, Lula, Bukele, Correa, Evo y Miley fueron quizá los casos más difíciles y complejos de analizar para que estuviesen o no a la altura de la semántica utilizada. Así, la disputa por el significado de los conceptos también se lleva aquí hasta sus últimas consecuencias.

Un congreso es un espacio importante y especial para darse cuenta de lo que interesa en otros espacios académicos, que también sea dicho de paso, tienen su propia agenda política, que es definida a su vez por una cantidad importante de circunstancias que van desde las políticas de ciencia y tecnología que se aplique en cada nación, hasta la agenda personal de estudiantes e investigadores de los sistemas particulares de medición del desempeño, mismos que se encuentran estrechamente vinculados con un asunto laboral.

Ahora, lo que queda al menos para los académicos participantes, es reconfigurar y ajustar la agenda en función de lo sucedido en el congreso, tanto académica como políticamente y en su propia dimensión, hasta el nuevo congreso en 2026.

Rigoberto Silva Robles es Colaborador de Integridad Ciudadana, A.C. (@Integridad_AC). Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Guadalajara, miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Su cuenta de Twitter (@srrigoberto)