Armando Alfonzo Jiménez / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México
Existen hoy en día tantas corrientes doctrinarias que la interpretación sobre las Constituciones, leyes, reglamentos y otros instrumentos jurídicos.
En la evolución del Derecho, como sistema de normas de cumplimiento obligatorio y como conjunto de disciplinas jurídicas, encontramos distintas perspectivas.
Existen hoy en día tantas corrientes doctrinarias que la interpretación sobre las Constituciones, leyes, reglamentos y otros instrumentos jurídicos ha cobrado mayor trascendencia.
Interpretar el derecho se ha vuelto la mayor actividad de los tribunales, órganos jurisdiccionales y no jurisdiccionales, y también de las academias.
Durante un largo tiempo el positivismo jurídico prevaleció en la formación y práctica de muchas generaciones de abogados. El Derecho se explicaba desde el estricto y puro conocimiento del orden jurídico. No cabía la posibilidad que se tomarán en cuenta otras disciplinas científicas ni otras circunstancias para su análisis y definiciones.
Con el paso del tiempo y con las lecciones dejadas a la humanidad por las atrocidades cometidas por los fascismos, se dejó atrás el pensamiento único y han aflorado expresiones diversas que han permitido el pluralismo jurídico. Ya no hay una sola visión sino hay varias lo que ha nutrido al conocimiento y a la práctica del Derecho.
El Derecho no sólo es el cumplimiento forzoso de las normas jurídicas, también es un discurso para autoridades y gobernados.
No basta con la expedición de una ley o de una norma jurídica para que cambie la realidad. Es menester de que también todos entendamos que es necesario cooperar para construir comunidad.
Por supuesto que el discurso en el ámbito jurídico ha permitido su uso ideológico.
Es raro ver a un gobierno que no busque sacar provecho político del empleo de las narrativas y la aplicación de las leyes.
Un gobierno responsable, sólo con su trabajo cotidiano y resultados palpables. puede obtener los dividendos necesarios para que la fuerza política que lo apoya se vea beneficiado.
Hay una tendencia en las mejores prácticas jurídicas de que la labor de los servidores públicos se realice con neutralidad partidista.
Tradicionalmente los servidores públicos con carrera política se han beneficiado del uso de los recursos del erario para mantenerse en los cargos respectivos.
Muchas normas constitucionales en México se dejan supeditadas a leyes derivadas para sancionar a quien no cumple con los mandatos de la Ley suprema.
El hecho de que no exista el ordenamiento jurídico para sancionar no impide que el servidor público esté contradiciendo los valores que la Constitución enarbola.
El Derecho no sólo es la amenaza del cumplimiento obligatorio de la ley. El Derecho contiene postulados, valores, derechos, patrones conductuales que buscan que haya una mejoría social.
Por tanto, atendamos al Derecho como ese discurso de construcción de las mejores causas a favor de todos.

POR ARMANDO ALFONZO JIMÉNEZ / CONSTITUCIONALISTA / @ARMANDOALFONZO

